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Que recursos provenientes de la minería se utilicen para combatir la sequía en Zacatecas
El consumo significativo de agua en los procesos de extracción, procesamiento y refinación de minerales reduce la disponibilidad de recursos hídricos
Zacatecas, Zac.- El Diputado Armando Delgadillo Ruvalcaba, integrante del Grupo Parlamentario de Movimiento Regeneración Nacional de la Honorable Sexagésima Cuarta Legislatura del Estado de Zacatecas, presentó una iniciativa de Punto de Acuerdo donde se exhorta al Ejecutivo Federal para que por conducto de la Secretaría de Economía y la Dirección General de Minería, emitan un acuerdo que establezca políticas y mecanismos efectivos para garantizar que los recursos económicos obtenidos de la minería se utilicen de manera responsable y efectiva para abordar las consecuencias medioambientales, especialmente la sequía en el estado de Zacatecas.
En su exposición, el legislador argumentó que debido a la alta producción minera en la entidad, dónde actualmente se tienen 11 concesiones, y aunque al ser la minería fundamental para la economía del estado, también puede ser un factor agravante en la sequía y estar expuesta a sus consecuencias. Este punto de acuerdo aborda la dinámica entre la minería y la sequía en Zacatecas y busca implementar vías para minimizar su impacto ambiental.
La minería puede agravar la sequía de varias maneras. El consumo significativo de agua en los procesos de extracción, procesamiento y refinación de minerales reduce la disponibilidad de recursos hídricos en regiones ya afectadas por la sequía. Además, la deforestación y la alteración del terreno causadas por la minería pueden disminuir la capacidad del suelo para retener agua y recargar los acuíferos, exacerbando la escasez de agua en las zonas circundantes.
A pesar de generar considerables excedentes económicos, la actividad minera no contribuye positivamente a las economías locales ni a la mejora de las finanzas. Esto ocurre debido a que el extractivismo se basa en la explotación y venta de recursos naturales, lo que resulta en un conjunto de relaciones productivas que conllevan efectos adversos, impactando principalmente:
· En la sobreexplotación de las cuencas hídricas. La minería en Zacatecas depende en gran medida del agua para la extracción y procesamiento de minerales. Esto ejerce presión sobre los recursos hídricos locales, particularmente en épocas de sequía, cuando la disponibilidad de agua es escasa. El aumento de la demanda de agua puede agravar la situación de sequía en la región.
· La contaminación de los depósitos subterráneos. La liberación de productos químicos y metales pesados durante la extracción y el procesamiento de minerales puede contaminar las fuentes de agua locales. Esto no solo afecta la calidad del agua, sino que también limita su disponibilidad para otros usos esenciales, exacerbando los efectos de la sequía.
· La degradación de la tierra. La minería puede perturbar el ciclo hidrológico natural de una región. La remoción de la vegetación y la excavación de terrenos pueden disminuir la capacidad del suelo para retener agua y ralentizar la infiltración en los acuíferos subterráneos. Esto conduce a la reducción de la recarga de los acuíferos, disminuyendo la disponibilidad de agua en ríos, arroyos y lagos cercanos.
· Competencia por Recursos Hídricos: En regiones donde la minería coexiste con la agricultura, la industria y el consumo humano, se crea una competencia directa por el agua. La minería puede obtener prioridad en el acceso al agua debido a su poder económico, lo que puede dejar a otras actividades más esenciales en desventaja durante períodos de sequía, afectando negativamente a las comunidades locales y al medio ambiente en general.
“Recordemos que el agua de consumo humano disponible en Zacatecas es agua subterránea que se extrae de 34 acuíferos de los cuales 14 están sin disponibilidad, situación conocida también como déficit y dentro de esos, 11 están sobreexplotados. Todos en conjunto proveen el 77% (1,109.6 millones de metros cúbicos) del agua para todos los usos (urbano, agrícola e industrial). De éstos, sólo el 9.5% se destina a cubrir el 95% del abastecimiento urbano, mientras que el 89% al uso agrícola, irrigando una superficie de 153,000 hectáreas, 11.8% de la superficie cultivable en el estado, y el 1.5% restante a la industria., expuso el diputado Armando Delgadillo.
En el último Monitor de Sequía de México, presentado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) al 15 de junio de 2023, de los 58 municipios de Zacatecas, 7 sufren sequía moderada; 38 sequía severa y 12 sequía extrema.[1] Es importante destacar que en el Monitor presentado al 30 de abril de este año se reportó que 35 municipios sufrían sequía severa, y 23 de sequía moderada, y no se reportó ningún municipio con sequía extrema, lo cual nos indica la seriedad y severidad de las consecuencias de no tomar acciones ante la escases de los recursos hídricos.[2] En este sentido se afirma que el 98.3% de los municipios sufre de sequía de alguna manera. Asimismo, 90% del territorio estatal está afectado en alguna medida por el estiaje, incluidas Guadalupe, Fresnillo y Zacatecas, las tres principales ciudades.
Por otra parte, el gobierno desempeña un papel crucial en la implementación efectiva de estrategias de mitigación para abordar la relación entre la minería y la sequía en Zacatecas. Sus intervenciones pueden establecer regulaciones, incentivos y mecanismos de coordinación que fomenten prácticas más sostenibles en la industria minera y promuevan la conservación del agua en momentos de sequía.
Aquí se detallan algunas formas en las que el gobierno puede intervenir:
Fondo de Desarrollo Sostenible: El gobierno puede crear un fondo especializado destinado exclusivamente a la inversión en proyectos y programas relacionados con la conservación del agua y la mitigación de la sequía. Estos fondos podrían financiarse con una parte de los ingresos generados por la minería y se administrarían de manera transparente para garantizar su uso efectivo.
Certificación Ambiental: El gobierno puede requerir que las empresas mineras obtengan certificaciones ambientales que demuestren su compromiso con la sostenibilidad y la mitigación de impactos, incluyendo la sequía. Parte de las ganancias obtenidas por la minería podrían depender de su capacidad para cumplir con ciertos estándares ambientales.
Fondos de Compensación: El gobierno puede requerir que las empresas mineras establezcan fondos de compensación específicos para abordar los impactos ambientales y sociales de sus operaciones. Estos fondos podrían utilizarse para financiar proyectos de conservación del agua, restauración del entorno y programas de apoyo a las comunidades afectadas por la sequía.
Informes y Transparencia: El gobierno puede exigir a las empresas mineras que presenten informes periódicos sobre sus impactos ambientales y las medidas tomadas para mitigarlos. Esto garantizaría la transparencia y permitiría a las autoridades y a la sociedad evaluar cómo se están utilizando los recursos económicos obtenidos de la minería.
Creación de Incentivos: El gobierno puede establecer incentivos fiscales, como exenciones o reducciones de impuestos, para las empresas mineras que demuestren un compromiso sólido con la mitigación de la sequía y la protección del medio ambiente.
La relación entre la sequía y la minería impulsa la necesidad de enfoques más responsables y sostenibles en la industria minera. Hay oportunidades para abordar estos problemas y encontrar soluciones sostenibles que permitan a la industria minera coexistir de manera más armoniosa con el entorno natural y las necesidades de agua de la sociedad.
En última instancia, el gobierno debe establecer políticas y mecanismos que garanticen que los recursos económicos obtenidos de la minería sean utilizados para abordar las consecuencias medioambientales. Mediante la colaboración entre el sector minero, las autoridades y la sociedad, es posible lograr un equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente sostenible.
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